jueves, 21 de enero de 2016

PROCURAD CAMINANTE…

PROCURAD CAMINANTE…

ZARAKIÉL ©
Tú, caminante cuyos pasos  han transitado muchos senderos, que ahora requieres ahondar en el camino, tus manos ansiosas buscan lo desconocido y tu corazón lleno de anhelo presiente aquel misterio.

Tus pasos a veces firmes  y las más vacilantes ya conocen ahora que no existen otros senderos sino; solo uno.


¡¡¡Valiente!!!; el misterio se acerca; que vuestro corazón no se amedrente, con templanza empuña el Hastapura, solo ella podrá darte lo que requieres para hacerle frente a  aquello que te manipula.


El dragón negro, feroz y terrible guardián del misterio espera tu llegada, no temas; ten fe pues posees la valentía osadía y arrojo de enfrentarle hasta obtener la victoria sobre él y  sus desdichadas como tétricas tinieblas.

La tentación a veces sutilmente lujuriosa y otras tantas con furia terrible y aberrante, buscara que comas del fruto prohibido, oh¡¡¡., tened precaución de caer en sus subliminales atrocidades; haceros de la templanza para rechazar tan sensual ofrecimiento y más bien, cobíjate con el árbol de la ciencia y sabiduría pura, te baste solo el delicioso aroma del fruto; mas no comáis de la sensualidad de aquellas manzanas del jardín de las hespérides, procurad beber siempre agua pura de rico manantial; rechaza y olvida la existencia del erótico y concupiscente vinagre que  deja mal sabor  y terrorífico malestar por muchos tiempos.

Procurad tu primogenitura, jamás la regales por vianda ignara y fugaz; aprende a escuchar la voz silenciosa y solitaria que aguarda que tu voluntad asienta y viva  su sabiduría.

Procurad a vuestra lámpara encendida rico aceite de calidad suma y deliciosos inciensos de aroma  y dulce ambrosia, tened caro cuidado y protegedle con eximio resguardo para que el ocioso vendaval jamás le apague pues de hacerlo quedarías en penumbra y negras tinieblas.

Dime tú, intrépido laborante;  si capaz eres de romper esos hilos negros y tenebrosos de fatalidad que te dominan.

Dime tú,  guerrero y osado laborante; si capaz eres de destruir y aniquilar por completo  y llevar a la hoguera de tu purificación al terrible titiritero que manipula los hilos  siniestros de tu vana, necia y falsa  existencia.

Musas de la existencia, orfebres del universo, bellos luceros de la creación que mi verbo luz otorgue sabiduría al que pacientemente se resguarda y escucha.

Caminante que adentras ya en la sabiduría del misterio  que de tu sagrado cáliz no se derrame gota alguna del néctar delicioso de la vid, es oro de calidad extrema y excelentísima luz en ave de albo plumaje.

Que el  fuego crepitante de tu íntima creación ascienda por las columnas de tu sagrado templo, iluminando y purificando ricamente tu sagrario interior, y en el ara sacra, perfectamente labrada y pulida, realiza el milagro sublime de la divina transustanciación, que  la radiante y aurea cúpula, paciente y anhelante aguarde la llegada de la sagrada sabiduría que es la luz de la luz del verbo solar, que es el verbo solar mismo.

Usa el fuego sagrado que en luengos años adquiriste de aquel atrora bello lucero y procurad que la furia carroñera del error jamás devore tus entrañas, blande la divina espada que te ha sido otorgada y enfrentadle con gallardía, que el martillo de la tenacidad te dará como triunfo final, la corona de la victoria que siempre es y ha sido tuya.

Sed capaces de laborar en la penumbra voluntariamente y de ella extraer la más excelsa luz, que es sabiduría divina que obtiene aquel que sabiamente conoce del secretum secretorum de su laboratorium oratorium.

Penetra victorioso en la deliciosa selva que aguarda plácidamente la llegada del guerrero acucioso y laborante, capaz de vencer las embravecidas y tormentosas aguas del borrascoso mar de la apócrifa ilusión que es la existencia misma…

Ya que pasos haz dado en tu peregrinar, no te detengas, procurad que la fatiga y el hastió no hagan presa a tu voluntad, prosigue con el rítmico y armonioso vaivén y con el influjo radiante de tu propia luz que se hará intensa en tu continuo caminar, siempre haz porque tu alba luz brille más intensamente a cada paso hacia adelante que das.

Si lágrimas vertidas hay por el arrepentimiento puro y sincero, sábelo; son el dulce consuelo de aquel quien anhelas en algún tiempo ser y alcanzar.

IO SOY, el misterio que buscáis anhelante, quien os habla, a ti, a ti me dirijo alma mía, no busquéis ansiosamente pues aquí estoy IO y siempre he estado en vos.

¡¡¡Abre tus ojos y mírame!!!;  ¡¡¡IO soy lo que aspiras con vehemente anhelo SER!!!.



A vosotros, la humanidad y futuros terrígenos; mis hermanos todos, ZARAKIÉL.

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